por Norberto Patarroyo L.
Amabilidad. Foto de lafamilia.info
Hemos visto por estos días en las noticias que semanalmente nos comparte EL MURO varios movimientos de colegas en jefaturas de prensa y periodistas que llegan a integrar los diferentes equipos de comunicaciones en entidades públicas y privadas. Ojo que esta es una reflexión de varios colegas: se ha vuelto muy común que muchos, no todos, en especial los nuevos periodistas que se convierten en jefes de prensa, se vuelven “muy importantes” cuando asumen el nuevo cargo. Se les olvida que fueron reporteros, que no les quedó grande ni les incomodó el título de “cargaladrillos”, y que su trabajo fue como el de cualquier periodista: ese que va siempre en busca de la noticia o realizando una investigación.
Reclaman varios colegas que algunos periodistas, cuando llegan a ese nuevo escenario, se crecen y en ocasiones es más fácil hablar con los titulares de la cartera, secretaría o cualquier otra dependencia, que hablar con los mismos comunicadores. Esos que antes te decían “parce” y te daban un abrazo o un fuerte apretón de manos, hoy pierden la memoria de un momento a otro y se colocan en una burbuja en donde se hace difícil abordarlos.
Lo mínimo, lo absolutamente mínimo que tiene que hacer un jefe de prensa o miembro de un departamento u oficina de comunicaciones de cualquier entidad es atender a los periodistas, que, sin duda, son su razón de ser; de lo contrario, ese puesto no existiría. ¿Qué sería de una oficina de prensa sin periodistas que llegan a preguntar sobre las actividades que realiza o proyecta una institución? Pues, nada, “nada”, como dicen los muchachos cuando hablan de un tema que no manejan bien. Ojo que este es un comentario de varios colegas y ojalá esos jefes de prensa que referimos, hagan esa reflexión y asuman un roll de colaborar más con sus colegas.
Un veterano periodista comentaba que algunos jefes de prensa se sienten inalcanzables, son inaccesibles. Hay quienes no atienden una llamada, y además de esto nunca se les ocurre, por lo menos, devolverla.
Debemos también mencionar que algunos son muy profesionales y tienen buenos equipos, con puertas siempre abiertas a los medios de comunicación.
Como se extrañan los jefes de prensa -por fortuna aún hay algunos- de la vieja guardia, que siempre estaban listos a atender a sus colegas y a dar pronta solución a sus inquietudes.
Por favor, colegas que ahora se desempeñan en estos cargos: que comunicarse con algunos jefes de prensa no se vuelva un drama. Recuerden que termina el periodo del jefe de turno y esos colegas regresan a esos escenarios naturales de la reportería y con mucha humildad.