por Guillermo Romero Salamanca
Contra todos los pronósticos, la película “Sound of Freedom” (Sonido de Libertad) se exhibió el mismo día que la última película de Harrison Ford sobre “Indiana Jones” y comenzó una escalada que pronto alcanzó los 50 millones de dólares de recaudación.
No la querían producir, no había realizadores ni distribuidores. Las salas de cine buscaron excusas y los agentes de Hollywood negaron su entrada. Todo estaba para ser un fracaso más, pero pudo más aún la persistencia del productor y actor mexicano Eduardo Verástegui.
La cinta ya es un fenómeno mundial y en América Latina será exhibida a partir de la primera semana de agosto en las salas de cine. Ante la imposibilidad de emitirla por Netflix, el mismo Elon Musk comentó que se pasará por Twitter en su totalidad.
La historia sobre el tráfico sexual de menores no llamó la atención de los grandes empresarios del cine en California. Fueron años de investigación y de filmación hasta lograr el objetivo.
El filme es protagonizado por Jim Caviezel, recordado por su papel de Jesús en “La Pasión de Cristo”, dirigida por Mel Gibson. Y cuenta una historia real de Timothy Ballard, un agente del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, quien tuvo como tarea rescatar a un grupo de niños en Colombia que eran explotados sexualmente. Luego de un tiempo, el hombre deja su trabajo, pero monta una ONG dedicada a salvar a menores de ese brutal negocio.
«Nos tardamos cinco años en hacerla y después tres años con la película terminada tratando de encontrar distribución, pero no encontrábamos que alguien se interesara en este tipo de temática. Nos decían que ‘bueno, esto no es para nosotros’, ‘esto no es negocio’, o ‘¿quién va a ir a ver una película sobre el tráfico de niños?’, puras negativas», comentó Eduardo Verastegui en una entrevista con ‘Telemundo’.
Dirigida por el mexicano Alejandro Monteverde, la cinta se presentó a los espectadores el 4 de julio. Angel Studios adquirió los derechos después de que Disney la archivó tras la compra de 20th Century Fox.
Uno de los puntos clave de la película fue precisamente el apoyo incondicional de Mel Gibson. “Uno de los problemas más perturbadores de nuestro mundo hoy es el tráfico humano, y particularmente el tráfico de niños. Ahora, el primer paso para erradicar este crimen es creando conciencia”, escribió en sus redes sociales.
Verastegui ha sido un defensor de provida, ha luchado contra la discriminación religiosa, luego de ser cantante y actor de novelas, protagonizó la “Cristiada”, sobre el movimiento cristero en México. Este hecho, además de considerarse un devoto permanente de la Virgen María, lo llevó al Vaticano donde el Papa Juan Pablo II lo recibió con un abrazo.
Eduardo se ha caracterizado por su criterio, su trabajo con los medios de comunicación y su voz recia al dar sus opiniones. Ahora, ha logrado que con esta película se destapen comercios ilegales sobre la explotación sexual en los centros de producción cinematográficos.
El tráfico de niños en el mundo crece a diario.
El número de niños que perdieron la vida tratando de cruzar el mar Mediterráneo para llegar a Europa se duplicó en el primer semestre del año con respecto al mismo periodo en 2022, informó el 14 de julio del 2023 el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Eso quiere decir que 289 niños y niñas murieron entre enero y junio de 2023 al intentar esa travesía.
La situación del riesgo de los menores crece por la guerra en Ucrania, las luchas internas en África, los desplazamientos por gobiernos como los de Venezuela, Nicaragua, Cuba, Chile, Argentina, Bolivia y ahora Colombia.
El tapón del Darién se ha convertido en un cementerio de menores de edad, de diversas nacionalidades, situaciones de pobreza y explotación sexual.
La cinta de Verástegui busca que los gobiernos tomen conciencia de la cruda realidad y que los dirigentes mundiales adopten medidas judiciales contra el tráfico de menores.