por Juan Pabón Hernández (*)
La emisora de la universidad Jorge Tadeo Lozano se ha convertido en acervo institucional de la cultura y, ahora, celebra cuarenta años de ser custodia de la memoria musical del arte.
Los admiradores de la academia de música clásica HJUT 106.9 FM, hemos disfrutado deliciosas lecciones espirituales, con el fervor de ser colonos sentimentales de su fabulosa iniciativa.
En mi caso, la HJUT, mis añejos discos, los libros silenciosos y fieles que me acompañan y una exquisita rutina de solitario soñador, nutren mi pasión por la música, que tanto me reconforta.
Porque ella expresa, con derecho propio, la voz del paisaje, aquella esperanza íntima que uno no sabe narrar, o el poema del corazón que habla de leyendas y paraísos, y transfigura el alma con su magia.
Los oyentes intuimos el rumor del arco iris que baja por el horizonte hasta el hogar del viento, o escuchamos en la melancolía del piano que toca un duende, la tristeza que se vuelve alegría en un concierto de Rachmaninoff.
Mientras tanto, ocurren milagros, leemos una hermosa historia de Las Mil y una Noches, el humo del café mañanero asciende en espiral de bienaventuranza o la luz se transforma en una cantata al sol.
La vocación redentora de la HJUT, como inspiradora de la génesis sinfónica y operática de todos nosotros, ha estado siempre vigente en la excelencia, consciente de su altruismo de ser “una emisora de naturaleza culta”.
(*) El autor, Juan Pabón Hernández, cucuteño de toda la vida. Ex presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander y poeta consagrado. Catedrático. Es editor de «Imágenes», revista dominical del Diario La Opinión de Cúcuta.