José María Córdova Muñoz

por Mario Arias Gómez

Retomo el hilo del escrito referido a José María Córdova Muñoz (1799-1829):
https://www.blogger.com/blog/post/edit/6552531000687034993/2001958614628828169)
uno de los estrategas y pensadores militares más notables de las Guerras de
Emancipación de la América latina (1810-1826), al que -repito-, la Academia de Historia
José María Córdova Muñoz -presidida por el ilustre historiador, Gerney Ríos González-
, rinde, con motivo del bicentenario de la batalla de Ayacucho, ocurrida el 9 de
diciembre de 1824 en las Pampas de Ayacucho, Perú, caluroso homenaje durante el
presente año, último -que fue- del gran enfrentamiento comprendido dentro de las
campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas en América
del Sur (1809-1826) casi 300 años después de que Francisco Pizarro conquistara el
Imperio Incaico o Tahuantinsuyo alrededor del siglo XIII d.C. en que los incas se
asentaron en el Cuzco, para expandirse por el territorio andino, colonia suprimida para
siempre desde la precitada fecha de la batalla de Ayacucho.


Proceso producto del debilitamiento en Europa del rey Fernando VII, por las
revueltas ocurridas en España, levantamiento que aseguró la independencia de Perú y
el resto de la América dominada por dicho imperio. Historia de José María Córdova
Muñoz conocido como ¡El héroe de Ayacucho!, quien estuvo al servicio de los

ejércitos comandados por Simón Bolívar, José Antonio Páez y Antonio José de Sucre,
en los que fue significativo su papel, especialmente en esa determinante batalla, que
lo consagró como uno de los próceres más connotados de la independencia de ‘La
Gran Colombia’.

La «Gran Colombia» (1819-1830)

Nuestro homenajeado Córdova Muñoz, nacido en Concepción, municipio del
oriente antioqueño, el 8 de septiembre de 1799, en el hogar formado por el alcalde del
lugar, Crisanto de Córdova y Mesa y Pascuala Muñoz Castrillón, floreciente, mágico,
próspero pueblo minero, remanso de paz de acendrada, depurada fe religiosa,
ofrendado a la Virgen de la Inmaculada Concepción, parroquia erigida como tal, el 6 de
noviembre de 1770 por decreto de doctor, Juan Salvador de Villa y Castañeda, párroco
de Medellín y vicario superintendente de la Provincia de Antioquia, por comisión del
obispo de Popayán, Jerónimo Antonio de Obregón y Mena, elevado a la categoría de
municipio en 1773, cuyo tránsito hacia la ganadería y la agricultura se dio en 1885.

Plaza principal del municipio de Concepción

Encabezan el listado de sus famosos e insignes hijos: los hermanos generales
del ejército patriota, José María y José Salvador Córdova Muñoz, este nacido el 17 de
mayo de 1801, el beato Rubén López Aguilar, nacido el 12 de abril de 1908, asesinado
en Barcelona, España, el 5 de agosto de 1936, beatificado por Juan Pablo II en Roma,
el 25 de octubre de 1992.
Municipio también llamado, ‘Real de Minas de Nuestra Señora de la Concepción’,
declarado, «Patrimonio de interés cultural» (categoría previa a la de “Patrimonio
histórico de la nación») -Resolución 1617 del 26 de noviembre de 1999- por su historia
y tradición, belleza natural, arquitectura colonial del siglo XVIII y XIX -casas de
balcones, paredes blancas, puertas y ventanas pintadas de colores vivos, calles
estrechas, empedradas o adoquinadas- que se conserva aún intacta, marco de una
vida tranquila, reposada, sin los afanes y el ruido de las grandes urbes. Originalmente
habitado por los aborígenes caribes, tahamíes y uresos.
Trasladada la familia a Rionegro (Antioquia) en 1808, el impúber José María,
inició allí su rudimentaria educación, aprendió a leer y escribir (la básica de la época),
que solidificó -igual que la mayoría de los más destacados patriotas- como
autodidacta.
Aclaro la confusión ortográfica que presenta el apellido CÓRDOVA, utilizado por
el prócer y por ende, por el departamento de Córdoba, escrito con B labial, de manera
temporal, devuelto luego el seudónimo original dispuesto en la ley de su creación,
dado que su nombre se asignó como homenaje al tantas veces nombrado militar
paisa. Departamento de Córdova con ve labidental, que dejó de llamarse como tal
desde 1927, en razón a que no se pronuncia labidental sino labial. Las bes, la grande y
la pequeña, son labiales porque se pronuncian con los labios. Así lo indica el
Diccionario de la Lengua Española, 1992, página 1457: …su articulación es bilabial y
sonora…

Traigo a la memoria el hecho que los primeros españoles de apellido Córdoba
llegaron de Andalucía a Antioquia, entre los siglos XVII y XVIII, de los que el egregio
prohombre derivó el apellido Córdoba, el cual, motu proprio -imbuido por su
trayectoria militar- decidió cambiar la B por la V de victoria, en lo que lo acompañó su
hermano Salvador.​
José María, ingresa el 13 de junio de 1814 a la Escuela de Ingenieros Militares del
ejército del Estado Libre de Antioquia, coordinada por el sabio coronel, Francisco
José de Caldas, el abogado, José Félix de Restrepo y Emmanuel Roergas de Serviez,
oficial francés al servicio de la República, institución instalada en la Maestranza en
Rionegro, casa-hogar del dictador Juan del Corral quien la habilitó como palacio del
supremo gobierno del Estado de

Casa de la Maestranza

Antioquia y desde donde distintos gobernantes ejercieron desde 1813 hasta 1822. el
poder político; casona situada en la Plaza de la Libertad, a un costado de la
Concatedral de San Nicolás el Magno y/o Catedral de Rionegro, icónica edificación, no
solo por el valor arquitectónico, sino -también- por la importancia política-
administrativa y formativa pasada.
Plantel en el que se formaron importantes estrategas militares y se fundieron
cañones y fusiles para equipar los ejércitos que lucharon por la libertad, mudada a
Medellín donde Córdova Muñoz se graduó de subteniente e interesó por la causa
libertaria. A principios de 1815 se incorporó al Batallón Antioquia, comandado por el
general Emmanuel Serviez, nombrado por Camilo Torres -presidente de la unión-,
general en jefe del ejército patriota, con quien marchó hacia sur del país (el Cauca), en
apoyo del ejército independentista.
Época coincidente con que el rey de España, Fernando VII, tras la reconquista de
las colonias insurrectas, envió un ejército de diez mil efectivos al mando del general
de división, Pablo Morillo, fuerza que desembarcó en Venezuela, prosiguió a

Cartagena de Indias, donde Morillo designó al coronel Miguel de la Torre para que, al
mando de una división se tomara a Santafé, capital de la naciente república.
El joven teniente, Córdova Muñoz, se destacó como gran jinete equiparable a los
más avezados vaqueros llaneros. Su primera victoria después de la reconquista
española la obtuvo en 1815, en la batalla del Río Palo, al mando de José María Cabal,
en la que el novel subteniente se destacó por su valentía, al punto de merecerle ser
ascendido -en medio de la refriega- a teniente efectivo.

José Antonio Páez

De ahí, las fuerzas patriotas se unieron a las del general de Brigada, José Antonio
Páez Herrera (1790-1873), oficial de extracción campesina apodado el ‘León de Apure’.
Mario Arias Gómez – Director de la Academia de Historia – Capítulo Perú.
Bogotá, marzo de 2024.