Ológrafo: Sólo para románticos…

Imagen de blog.foto24.com

por Juan Pabón Hernández (*)

El tiempo, siempre aferrado al recuerdo, echa a andar en la mañana los pasos recogidos en la noche, para iniciar una nueva aventura humana y despertar los sueños con un rumor delicioso de azar y libertad. 

Las profecías empiezan a brotar de las páginas aquietadas de un libro, del lirismo encantador de una soprano, o de una ilusión enamorando ideales y seduciendo la nostalgia con un refugio sereno para el pensamiento. 

Sólo a los románticos nos enseña oficios difíciles, ser adivinos de cristales de lluvia, olfatear nidos en el parque, escuchar el silencio de los ausentes o advertir, en la quietud natural, los espejos de la belleza.

Y, a los menos talentosos, nos dota de una mirada de horizonte, de mar o de montaña, para que imaginemos una ventana azul y nos asomemos a ella para conversar con la soledad y escanciar el aroma de las flores.

Nos hace más lentas las horas del corazón, para que sean compañeras en el camino, tracen huellas buenas en la memoria y escudriñen la sabiduría en el trueque de luz que hay entre la luna y el sol. 

El viento se hace misionero sigiloso del amanecer y, con su esencia de eco, canta la sombra del humo del café y refleja el ayer de una sonrisa bonita, o de unas trenzas que tupían suspiros colgadas de una ilusión. 

Sólo a los románticos nos tiene paciencia, nos inspira a escuchar la melodía espontánea de los pájaros, a ver distintos los colores de las frutas en la mesa, el dulce de las abejas, el suspenso de una mariposa o el imposible del amor. (Todo eso nos lo inventamos…es nuestra misión).

(*) El autor, Juan Pabón Hernández, cucuteño de tiempo completo. Ex presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander y poeta consagrado. Catedrático. Ex editor de «Imágenes», revista dominical del Diario La Opinión de Cúcuta. Actual director de la revista «Semillas», también de Cúcuta.