ORVI, el ángel de la guarda de las víctimas de siniestros viales

Peatones, ciclistas, motociclistas, conductores y pasajeros ya no estarán solos en caso de un siniestro vial, pues podrán recibir ayuda y orientación en las áreas jurídica, psicológica y social, entre otras.
A partir de 2020, el Centro de Orientación para Víctimas de Siniestros Viales (ORVI) -de la Secretaría Distrital de Movilidad- y la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) trabajan para asistir a los ciudadanos que hayan sufrido un accidente en la vía. Hasta la fecha han orientado a 647 personas: 189 motociclistas, 179 conductores, 100 peatones, 93 ciclistas y 86 pasajeros, la mayoría de estratos 1 y 2.  ORVI es el único centro del país y uno de los pocos de Latinoamérica en manejar estos casos; aquí pueden asistir los ciudadanos que hayan sido víctimas de un siniestro para recibir orientación jurídica, psicológica y social.

El profesor José Ignacio Ruiz Pérez, del Departamento de Psicología de la UNAL y director del Laboratorio de Psicología Jurídica, señala que “el Centro busca llenar el vacío existente en este sentido, y brindar asistencia a las víctimas de siniestros de tránsito, que muchas veces se sienten abandonados por el Estado”.También cuenta que muchas de las personas que sufren un accidente o que de alguna manera están relacionadas con un siniestro no conocen sus derechos.

“Cuando hay fallecidos pasa mucho tiempo sin saber nada de las investigaciones en la Fiscalía; las personas -sobre todo de estratos bajos- no saben cómo poner una demanda civil para una indemnización. Así mismo, la mayoría tiene impactos psicológicos muy fuertes, pero las víctimas no tienen apoyo en este sentido”. Aunque en general las personas con algún estado de vulnerabilidad buscan ayuda acudiendo a las instituciones del Distrito, el trabajo de ORVI es contactar a los ciudadanos afectados para ofrecerles sus servicios, pues generalmente muchos no la conocen.

¿Cómo se moviliza Bogotá?
Para los bogotanos, soportar los trancones, el ruido de los pitos, los buses llenos, la inseguridad para los ciclistas, el irrespeto a los peatones y la imprudencia de los diferentes actores viales conforman una cotidianidad que tiene una relación directa con sus conceptos de convivencia y cultura ciudadana.

Una investigación realizada por el Laboratorio de Psicología Jurídica de la UNAL señala que para algunos ciudadanos la experiencia de movilizarse en Bogotá significa “riesgo”, “complicado”, “difícil” y “caos”.A partir de su experiencia, los encuestados señalaron aspectos que aumentan la complejidad para transitar por la ciudad —según su medio de transporte— sino el riesgo de siniestralidad (o de accidentes), con lo que “puede llegar a ser un verdadero reto moverse tranquilamente”.

Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, “entre enero y octubre de 2021 fallecieron 4.602 personas: el 59 % motociclistas, el 21 % peatones y el 11 % usuarios de vehículos; frente a 2020, el número de personas fallecidas en siniestros viales ha aumentado un 49 %”.“El ligero incremento de estos siniestros en Bogotá también obedece a que en los últimos meses se han incorporado a las vías muchas motos, patinetas y ciclas, es decir, han aumentado los actores viales”, comenta el psicólogo Ruiz.Sin embargo, también advierte que “cuando hacemos la relación de actores viales con el número de accidentes, en el último año ha habido un ligero descenso, pero hablando de esa relación, ya que en el país las cifras han aumentado”.Muchos siguen aplicando “la ley del más fuerte o vulnerable”, y otros, afortunadamente, han ido cambiando esta teoría por la de ser tolerante y respetuoso, con resultados más eficientes para afrontar las horas pico, las violaciones al Código Nacional de Tránsito, la flota insuficiente del servicio público y las falencias de la malla vial en la ciudad.

Esta investigación realizada por la UNAL en el marco del Contrato Interadministrativo 2020-1904 con la Secretaría de Movilidad de Bogotá, permite conocer qué normas sociales en torno a la movilidad, han construido los mismos ciudadanos de manera paralela a las normas jurídicas existentes. El análisis se hizo a partir de la entrevista a 40 personas, el 57,5 % mujeres (23) y el 42,5 % hombres (17), y que tuvieran algún rol como actores viales: ciclistas, peatones, conductores, motociclistas, pasajeros, una usuaria de patines y un usuario de monopatín. El estudio da luces sobre el papel de la cultura colombiana en las dinámicas de la vía y la comprensión y apropiación de las leyes, con el objetivo de fundamentar propuestas orientadas a la modificación de factores socioculturales que aumentan el riesgo de siniestralidad, a la par de campañas de promoción de conductas seguras en la conducción de vehículos.
Creado por: fin/DIU/dmh/LOF | N.° 504
Foto y nota de Unimedios, Universidad Nacional de Colombia.