Borromini y Bernini dos genios de la arquitectura

San Carlino Cupola, obra de Borromini

Por el arq. Jorge Noriega Santos MBA

jnsarquitecto@hotmail.com

FRANCISCO CASTELLI (BORROMINI).

Nació en el pueblo de Bissone, situado en el Cantón de Tesino Suiza, el 25 de septiembre de 1599 y murió en Roma el 3 de agosto de 1667 a la edad de 68 años. Era hijo del cantero Giovanni Doménico Castelli y su madre era Anastasia Garaovo. Inicio su carrera ayudando a su padre en la cantera como picapedrero, posteriormente se trasladó a Milán para estudiar arquitectura y perfeccionarse en su oficio, existen constancias que trabajo en el duomo de la Catedral de Milán.

En 1619 llega a Roma donde cambia su apellido por Borromini y empieza a trabajar en las obras de la Basilica de San Pedro y en 1629 se une al equipo de Gian Lorenzo Bernini en los trabajos de ampliación y restauración de la fachada del Palacio Barberini. Era el asistente preferido de Bernini, pero al poco tiempo se enemistaron y esta rivalidad duro el resto de sus vidas.

Durante el pontificado de Inocencio X (1644-1655) gana la confianza del Papa y desplazo a su eterno rival como arquitecto principal de Roma, sin embargo, con el siguiente Papa Alejandro VII (1655-1667) renace la estrella de Bernini y se acrecienta el enfrentamiento entre estos dos portentos de la arquitectura.

Borromini se dedica a terminar los interiores de la Iglesia de SantIvo all Sapienza (1642-1660), realiza su primera obra independiente entre 1634 y 1637 que es la Iglesia de San Carlo Alle Quattro Fontane en el Quirinal, considerada una obra maestra de la arquitectura Barroca. Posteriormente desarrolla la Iglesia de Santa Inés de la Agonía (1652) y finalmente la fachada de la Iglesia de Santa Andrea dell Fratte (1653-1665).

La obra de Borromini resulta muy original, sin precedentes claros salvo la influencia parcial de Miguel Ángel, a quién admiraba. Entre las principales características arquitectónicas utilizadas en sus obras cabe destacar:

  1. Planta central de forma elíptica y policéntrica distintiva de las iglesias barrocas.
  2. Dinamismo espacial con formas curvas.
  3. Uso extraordinario de la luz.
  4. Inclusión de esculturas.
  5. Materiales simples y económicos.
  6. Cambios de geometría según las alturas.
Borromini

Tenía reputación de hombre honesto y poco interesado en las riquezas materiales, sin embargo, como todo artista dada mucha importancia al reconocimiento de sus mecenas. Fue religioso practicante y muy devoto, transcurrió su vida laica con votos de pobreza.

Este arquitecto mostró una gran motivación por la investigación y la innovación, que plasmo en una infinidad de bosquejos y borradores. Borromini dejo a la posteridad su obra teórica “Opus Arquitectonicum”, pero la mayoría de sus escritos fueron destruidos por él mismo antes de su muerte trágica con un suicidio similar al de Catón el Joven, arrojándose sobre su propia espada que traspasó su cuerpo. Este suicidio se produce por una simple discusión con su mayordomo por una lampara que este último apago, este hecho hizo que la posteridad acentuara su estoicismo, que en vida demostró mediante una rígida posición profesional. Los últimos días de Borromini lo muestran inmerso en una profunda depresión, fruto de los desaires del Papa Alejandro VII y posiblemente alguna enfermedad no diagnosticada, que incrementaron su carácter melancólico que lo acompaño toda su vida.

GIAN LORENZO BERNINI

Nació en Nápoles el 7 de diciembre de 1598 y murió en Roma el 28 de noviembre 1680 a la edad de 82 años. Su padre era el escultor Pietro Bernini (1562-1629) quien creo obras de arte públicas para la ciudad de Roma. El pintor Carnacci quedo muy impresionado con el talento del joven artista y le sugirió al padre que se trasladara a Roma y gracias a sus influencias lo presento a los Papas Urbano VII (1588-1644) y al Papa Alejandro VII (1599-1667), quienes le solicitaron hacerse cargo de las obras de la Basílica de San Pedro en donde tuvo como ayudante a su compañero de estudios Borromini, con quien en principio tuvo una gran amistad que posteriormente se convierte en una rivalidad eterna ya mencionada.

Bernini – La columnata y la Plaza de San Pedro en Roma

Bernini fue pintor, arquitecto y escultor y en cada una de estas artes produjo obras para sus mecenas.

Las pinturas del artista, que no alcanzaron la magnificencia y brillantez de sus esculturas, las realizo en su juventud eran bastante expresivas e incluían autoretratos, un David con la cabeza de Goliat, Santa Andreu y San Dionisio y una cabeza de Ángel, las cuales pueden ser admiradas en el museo de los Uffizi en Florencia.

En arquitectura sus principales realizaciones encargadas por el Papa Urbano VII fueron:

  • El Baldaquino (1633) ubicado en la Basílica de San Pedro en el sitio en donde se encuentra la tumba de San Pedro Apóstol, en donde resuelve con cuatro columnas salomónicas sostener el baldaquino una tela de cuatro puntas símbolo del poder celestial, creando una obra en donde la escultura y la arquitectura se relacionan magistralmente.
  • La columnata que rodea la Plaza de San Pedro ideada en forma circular creando un espacio monumental que abraza a los visitantes, adornada con un obelisco traído de Egipto.
  • Iglesia de San Andrea Quirinal, en donde en un pequeño recinto la arquitectura y la escultura se unen en un efectivismo destinado a crear un ambiente adecuado para suscitar la fe y los servicios religiosos.
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Bernini

En el área de la escultura es donde verdaderamente muestra su gran genio y donde sus aportes se vuelven fundamentales para el arte universal, encontramos las siguientes obras:

  • Cabra Amatea (1611).
  • Muerte de San Lázaro (1615).
  • Eneas, Anquises y Ascanio (1619).
  • El Rapto de Proserpina (1622).
  • Apolo y Dafne (1624).
  • Cabeza del Cardenal Barguese (1633).
  • Monumentos funerarios para Urbano VII (1645).
  • Monumento funerario par Alejandro VII (1667).

La más famosa de todas sus esculturas es el Éxtasis de Santa Teresa (1645-1647) ubicado en la iglesia de Santa María de la Victoria por encargo de la familia Fornaro. Es una obra insuperable de intensidad y una fuerza dinámica en su realización, en donde los detalles a pesar de su pequeño tamaño adquieren unas dimensiones universales. En esta obra la arquitectura, la escultura y la pintura se unen en forma magistral y se convierten en un modelo extraordinario para la humanidad, logrando trasladar emociones al mármol.

Adicionalmente en el campo escultórico Bernini desarrolla la fuente de Tritón en la Plaza Barberini y la más famosa de todas en la Plaza Navona en donde por encargo de Inocencio X recrea el nacimiento de los ríos Ganges, Rio de la Plata, Rio Nilo y Rio Danubio para sostener un obelisco traído de Egipto. Hoy en día se conoce como la fuente Bernini y es un hito turístico de la ciudad de Roma y aún se dice “quien no ha visitado la fuente Bernini no ha estado en Roma”.

Por todo lo anterior Bernini es considerado como el gran genio del arte barroco italiano y heredero de la fuerza escultórica de Miguel Ángel. La larga vida de Bernini fue una constante sucesión de éxitos en la cual el Napolitano llegó a imponer una autentica dictadura artística en la Roma del Siglo XVII y llegó a ser considerada como el centro indiscutible de la vanguardia artística del mundo.